El Mito de Piscis
Dionisio es hijo de Sémele, hija de Cadmo y de
Zeus. Hera la celosa esposa de Zeus, al enterarse de esta nueva infidelidad de
su marido, entra en cólera, como siempre y para no perder la costumbre la
emprende en contra de la mujer y del hijo, en vez de halarle las orejas al
marido, o mas inteligentemente, mandarlo a la porra.
Bueno esta vez el descubrimiento lo hace cuando
Sémele estaba todavía embarazada y lo que hizo fue disfrazarse de nodriza y
ganarse la confianza de la mujer, quien muy ingenua le confiesa que el padre
del niño es Zeus. Hera se hizo la incrédula y le sembró la duda de si de verdad
ese sería Zeus.
Ay! La semilla de la duda fue bien plantada y
en el próximo encuentro la desconfiada mujer le pide al Dios que le pruebe su
divinidad, al principio el se negó pero al final, no se si por complacerla o
por vanidad terminó complaciéndola, se le presentó con truenos, relámpagos y
centellas y terminó carbonizándola. Zeus horrorizado ante lo que acaba de
ocurrir, extrae al feto no nacido y lo planta en su muslo, donde se termina de
formar hasta que nace.
Al nacer,
lo ponen bajo la tutela de las ninfas y allí aprende a apreciar las bondades de
la naturaleza. Al crecer se hace experto en el cultivo de la vid y la forma de
extraer su preciado jugo. Creció tan simpático el muchacho que su padre lo
adoraba, desatando de nuevo la furia de Hera, quien se busca a los Titanes para
deshacerse de él, haciéndoles creer que los iban a destronar, ahora como el
muchacho era semi Dios, debía hacerse de forma ritual para que no quedara nada
de el. Bueno esta parte del cuento solo la voy a resumir en que fue algo
horrible, por suerte Atenea logró rescatar su corazón se lo llevó a Zeus. Este
lo ingirió y del dios emanó un nuevo Dionisos resucitado. Ya no le quedaba la parte
humana heredada de su madre. Era completamente inmortal y su poder infinito.
Así se convierte Dionisio en el primer nacido dos veces, una de la carne y la
otra del espíritu.
Durante un
tiempo, el dios Dionisos estuvo preso de la locura a causa de todo lo sufrido
por el comportamiento de Hera. Vagó y vagó sin rumbo tratando de buscar su
propia identidad hasta que un día se encontró con la diosa Cibeles en Frigia,
quien lo curó y le enseñó sus ritos
religiosos, y así emprendió su recorrido por Asia enseñando a la gente el
cultivo del vino. La parte más famosa de sus viajes es su expedición a la
India, que se dice que duró varios años. Volvió triunfante y asumió la
introducción de su culto en Grecia, pero se le opusieron algunos príncipes que
temían los desórdenes y la locura que éste acarreaba
Este signo
personifica tanto el sufrimiento como la redención, por lo que siempre está
dispuesto a presentarse a sí mismo como una víctima o tomar para sí el
sufrimiento del otro. Esto lo termina poniendo en situaciones donde siempre
tiene que haber una víctima y un salvador, pudiendo representar ambos papeles.
Dionisio
representa una imagen de locura, de
irracionalidad que nos conecta con la fuerza vital que permanece mas allá de
los cambios trascendentales de la vida, es decir nos conecta con aquello que
está antes y permanece después de la vida física, por lo tanto hace referencia
a la unión con lo divino característica del signo.