Mercurio Retrógrado
Amanecemos
mañana, 22 de Febrero, con Mercurio estacionario, para iniciar el día 24 a las 4:41 am (hora de
Miami) su ciclo de retrogradaciones en signos de agua. Lo hace en el signo de
Pisis donde el planeta pierde su capacidad comunicadora debido a que se diluye
en el vasto océano Pisciano. La tendencia para estos días, que terminan el 19
de Marzo, es la ensoñación. Ay mamá! Esperemos entonces confusiones,
malentendidos, que si tú me dijiste, que si eso no fue lo que quise decir,
engaños, por aquello de que como estabas descuidad@ por allá, por el mundo del
ensueño, yo aprovecho para… e
incertidumbre.
O sea, es
tiempo para estar moscas. Siempre recomiendo no firmar documentos nuevos, o
cerrar tratos con Mercurio retrógrado, pero en este signo aconsejo más que
precaución, y una dosis extra de paciencia, si es que no queda otro remedio que
firmar.
Si no hay
papeleo de por medio, mucha atención con los sobreentendidos y aunque parezcamos
tont@s es mejor preguntar varias veces para que todo esté muy claro, que andar después
lamentándonos por los rincones, después de todo eso le encanta a Pisis. Si tu
Mercurio natal está en un signo de agua, duplica las medidas.
Si operas máquinas
o haces actividades que requieran atención, mosca con quedarte pensando en
pajaritos volando. A planificar las cosas con un poco más de cuidado y prepárate
a encontrar el papel que llevas media hora buscando, justo en tu mano.
Ok, hasta aquí
las medidas para sobrevivir estos días, ahora los beneficios, claro porque como
siempre digo, todo este disturbio de nuestra vida diaria, no ocurre nada más
que para diversión de los dioses, aunque a Mercurio le encanten este tipo de
bromas.
Estos días,
así dispersos, de quedarnos alelados viendo un atardecer, o un pajarito, nos
invitan a reencontrarnos con nuestros sueños y anhelos, sí, con esos que
dejamos por allá botados, olvidados, y de pronto replantear nuestras metas, o
el encontrarnos con ellos nos da el impulso para retomar el camino que la
rutina nos hizo olvidar, pero que es donde éramos más felices.
El descanso
que tiene nuestra mente, que es lo que ocurre cuando andamos en las nubes, le
da espacio a esas emociones arrinconadas en el sótano de nuestro ser, a salir,
a pararse frente a nosotros para que las podamos reconocer y reconectarnos con
ellas.
Este
período nos da permiso para ser un poco niñ@s otra vez, aunque sea por unos
días. Cómprate tu paleta de helado, disfruta de un columpio y descubre que
tienes guardado allá adentro, para usarlo o para sanarlo.
Que lo disfrutes!