El mito de Sagitario


Croto es el hijo del  Dios Pan y Eufeme, quien era la nodriza de las Musas, estas a su vez eran las nueve hijas de  Mnemósine y Zeus, y cada una reinaba sobre un arte o ciencia diferente.
Este ser era un sátiro, criaturas que tienen el cuerpo de hombre, cola de caballo y las patas (y a veces cuernos) de cabra, seres normalmente muy burdos, toscos y con muy poca educación. Pero definitivamente no era el caso de nuestro personaje, quien al haber sido criado con las musas dominaba a la perfección cada una de las nueve artes, llegando a ser tan refinado que inventó entre otras cosas el ritmo que acompaña la música y el arco y la flecha que caracteriza la búsqueda de objetivos elevados del signo.
Aquí encontramos una relación bien cercana con el centauro Quirón, por lo que muchas veces se atribuye su mito a este signo. Y es que ambos comparten el hecho de ser unos seres que les cuesta encontrar a donde pertenecen. En el caso de Croto, no es burdo como los sátiros, por lo que no es aceptado entre ellos, tampoco pertenece a los dioses, ya que su mismo padre era un ser más bien distante en el panteón, ni tampoco  pertenece a los hombres. Por lo tanto hay una inconformidad permanente y un sentimiento de no pertenencia que el  caso de Croto lo lleva a la búsqueda de altos ideales y un sistema de creencias que le permita trascender su sufrimiento mundano.
Y este es el tema en Sagitario, hay un debate entre la parte espiritual, elevada que lo lleva a la búsqueda de objetivos de grandes dimensiones y el encuentro con lo material, mundano, carnal que lo hace sentirse impuro.
Una de las características principales de este signo es que no le gusta sentirse atado a responsabilidades, a formas rígidas, ya que siente que le impiden embarcarse en procesos creativos de mayor envergadura. Pero paradójicamente es justamente la frustración que le provocan las limitaciones, lo que le da el impulso necesario para explorar nuevas fronteras y manifestar su espíritu creativo, de lo contrario sería presa de la pereza y la indolencia.

Hasta no comprender este arquetipo y trascenderlo, Sagitario se verá envuelto con mucha frecuencia en un matrimonio, un trabajo o actividad en los cuales estos conflictos se manifiestan con mayor intensidad, debido a que al estar debatiéndose entre los dos polos antes mencionados manifiesta su falta de integración con conductas dogmáticas y poca flexibilidad.


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