El Perdon
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Solitude por Clara Ruiz |
Perdonar es una de las decisiones más liberadoras que podemos tomar los seres humanos.
Antes quiero aclarar que es el perdón.
Perdonar no es justificar, podemos comprender que lleva a alguien a ofendernos o agredirnos lo que no significa justificar.
Perdonar no es olvidar, es recordar sin dolor.
Perdonar no es reconciliarse, podemos perdonar y seguir nuestros caminos separados.
Perdonar no borra el hecho, eso sería como tratar de tapar el sol con un dedo, más bien evasión.
Perdonar no le quita la responsabilidad al agresor(a).
Perdonar no niega el derecho a buscar justicia.
Perdonar es recordar sin dolor. Es ponerle fin a un ciclo de dolor para nuestro propio bien, es cambiar nuestras creencias y liberar el vinculo que nos une de manera muy fuerte a nuestro ofensor(a).
Aquí quiero compartir una frase que me gusta muchísimo del fraile dominico Henri Lacordaire quien dijo: “Si quieres ser feliz un instante, véngate. Si quieres ser feliz para toda la vida, perdona.
Como todo proceso el perdonar tienes sus etapas:
La primera es reconocer y validar nuestros sentimientos, ver la ofensa y ponerla en perspectiva, así como los sentimientos que tenemos. Hay rabia, dolor, impotencia, traición, invalidez, culpa?
Una vez que el panorama está claro tenemos que tomar la decisión de perdonar, desde ese lugar en el fondo de nuestro corazón.
Luego viene el proceso de ponerse a trabajar, elegir la técnica que más se adapte a nosotros y comenzar a trabajar.
Por último adoptar una nueva forma de pensar y por lo tanto de vivir.
Aquí quiero compartir con ustedes las técnicas que mas me gustan para trabajar el perdón:
1.- Escribir, esto lo hago con mi mano no dominante, me armo de una buena cantidad de papel y lápiz y comienzo escribiendo Yo Clara me perdono a mí por ….. y así comienza mi lista, siempre es importante poner nuestro nombre. Allí dejo salir y salir todo lo que hay dentro de mí. Luego sigo con mis padres, luego el agresor o agresora con quien estoy trabajando y así sigo subiendo en la escala hasta llegar a Dios.
Lo interesante de este ejercicio es que al escribir con nuestra mano no dominante parece que nos concentramos mas en tratar de escribir que de pensar y así dejamos que bajen nuestras barreras y salga lo que está en el fondo, lo que de verdad molesta.
Una vez terminada la lista la leo varía veces para ver qué es lo que está allí, lo reconozco, lo agradezco y me despido. Cuando siento que estoy en paz, quemo las hojas para simbolizar la despedida de lo que no deseo este mas en mi.
2.- A veces utilizo el teatro. Me imagino un gran teatro y en el escenario estoy yo y a la persona a quien quiero perdonar, recreo mi imagen con la mayor riqueza posible, añado personajes si son necesarios, me imagino vívidamente el ambiente y allí comienzo con mi dialogo en el que le digo todo lo que desearía decirle, con todos sus tonos y colores, sin restricciones. Una vez liberado todo lo que quería decir imagino una gran burbuja que me cubre en la que estoy completamente a salvo y desde allí me despido de esa persona o situación y la dejo ir.
3.- Esta otra la aprendí hace muy poco y es una técnica hawaiana, se llama el ho’oponopono que forma parte de todo un sistema de sanación muy grande, abajo les anexo el link porque es un poquito larga de explicar. La he puesto en práctica muchas veces y realmente los resultados son sorprendentes, así de sencilla como parece.
Feliz viaje liberador!
Un gran abrazo de mi alma a la tuya.
Hasta la próxima