Selene, uno de los mitos de la Luna
Hablar de los mitos de la Luna no es una tarea fácil, ya que por haber sido desde siempre objeto de admiración e intriga, se han construido a su alrededor infinidad de mitos.
En esta oportunidad voy a hablar de Selene a
quien encontramos en la mitología griega, hija de los titanes Hiperión y Tía y
hemana de Helios, el Sol, y de Eos, la Aurora. Era representada como una
hermosa mujer que recorría el cielo en un carruaje de plata tirado por caballos
blancos.
Ella tuvo muchos amoríos incluso con Zeus con
quien tuvo a Pandia y en Arcadia fue amante del Dios Pan quien le obsequió una
manada de bueyes blancos.
Ahora la historia con la que se hizo famosa
es la de su amor con Endimión quien era un pastor de Caria que en una noche de
verano cansado de cuidar su rebaño, se refugió en una gruta para descansar. La
noche estaba despejada y por el cielo Selene paseaba en su carruaje. La luz de
la luna iluminó la cueva y Selene pudo ver al pastor dormido y quedó
completamente enamorada de él. Bajó inmediatamente del cielo y besó suavemente
a Endimión quien se despertó sorprendido y más cuando vio la cueva iluminada
por esa hermosísima luz plateada y ante él a esa diosa brillante besándolo. De
inmediato surgió entre ellos una gran pasión.
Ella sobrecogida por la experiencia y no
pudiendo olvidar lo que sintió, fue al Olimpo y le pidió a Zeus que le
concediera a su amado un deseo y Zeus aceptó.
Endimión pidió el don de la eterna juventud y
poder dormir un sueño perpetuo, del que sólo despertaría para recibir a Selene.
Su deseo fue concedido y desde entonces Selena visita a su amante en la gruta
del monte.
Este relato muestra claramente lo que ocurre
bajo la influencia de la luna. Esos momentos donde la emoción puede más que la
razón, esas experiencias que nos dejan una huella profunda y por la que después
actuamos sin pensar. El amor platónico y el sacrificio que hacemos por lo
amado. Ese viaje al cielo cuando estamos enamorados. Ah!! Sabroso cuando uno
flota en esas nubes…